Hoy en día, contamos con diversas fuentes de energía, y una de ellas es el gas. Si no estás familiarizado con los diferentes tipos de gas, así como con sus beneficios y características, sigue leyendo este artículo.
Diferencias entre el gas natural, el propano y el butano
Gas natural: Este es el tipo de gas más comúnmente elegido por los consumidores y tiene una mayor presencia en el mercado energético. Aunque solemos asociar la palabra "gas" con el gas natural, también existen otras opciones como el propano y el butano, que, a pesar de ser menos conocidos, pueden ser más adecuados según las necesidades específicas de cada usuario. Estos gases, derivados del petróleo, fueron desarrollados posteriormente debido a las dificultades y riesgos asociados con su almacenamiento y transporte. El gas natural está compuesto principalmente de metano, entre un 75% y 95%, y proviene de depósitos fósiles y formaciones geológicas. Posee un alto poder calorífico, y aunque es el combustible fósil más limpio, su uso genera emisiones de metano que contribuyen al efecto invernadero.
Gas butano: Desde la década de los 90, el butano ha sido una de las fuentes de energía más utilizadas en los hogares, especialmente para la calefacción y el agua caliente, gracias a su elevado poder calorífico. El butano forma parte de los gases licuados del petróleo (GLP), es incoloro e inodoro y se obtiene del petróleo. Su distribución es fácil de reconocer, ya que se almacena en las icónicas bombonas naranjas.
Gas propano: Este gas es uno de los más empleados en áreas donde no llega el gas natural, siendo la principal fuente de energía en muchos hogares rurales. Al igual que el butano, es un derivado de los gases licuados del petróleo (GLP). Comparte varias características con el butano, como ser incoloro e inodoro, pero tiene un poder calorífico superior. Se suministra tanto a granel, para un uso industrial o profesional, como envasado en tanques de 11 o 35 kg, y también puede canalizarse como el gas natural.
El gas natural tiene ventajas sobre el butano y el propano
La gran mayoría de las familias lo eligen frente a otras formas de gas principalmente por sus ventajas. La principal ventaja es que es fácil de distribuir y acceder a él; hoy en día, cada hogar tiene una instalación de gas que se conecta a la red pública de gasoductos, lo que garantiza un suministro constante de gas. Todo lo que hay que hacer para obtener este gas es registrar el suministro con un proveedor de gas; ellos se encargarán de todas las actividades necesarias, incluida la instalación, si es necesario. Ya no es necesario calcular el consumo y esperar a que llegue el butano para saber cuántas bombonas hay que comprar.
Además, el mercado tiene una oferta suficiente para satisfacer toda la demanda, lo que le permite ofrecer un precio más competitivo que el butano y el propano. Como se considera que este tipo de gas es el combustible fósil más limpio -el que menos daña el planeta al producir menos gases de efecto invernadero y el que menos contamina la atmósfera-, también tiene un beneficio medioambiental.